Patatas con pimientos y huevo frito

24 junio, 2015

Patatas con pimientos y huevo frito

Plato

Primer plato

Ingredientes

Raciones: 1 persona

15 g Aceite de oliva
54 g Huevo
100 g Patata
120 g Pimiento verde
0.5 g Sal

Instrucciones

Vertemos las patatas previamente cortadas en rodajas en una cazuela con agua. Una vez cocidas, freímos los pimientos y el huevo en una sartén con aceite. Para finalizar emplatamos todo junto.

El huevo es uno de los alimentos que más proteínas nos aportan. La yema del huevo aporta vitamina B, minerales y fósforo. La acción antioxidante de algunas vitaminas y oligoelementos del huevo, ayudan a proteger a nuestro organismo de procesos degenerativos diversos, así como de las enfermedades cardiovasculares. La patata es una buena fuente de energía. Al ser consumida como alimento básico también aporta una proporción alta de folato, vitamina C, tiamina (B1), potasio y hierro, a la vez que contribuye de manera importante a la ingesta de proteínas. El pimiento proporciona una buena fuente de fibra, además aporta vitamina C, que tiene función antioxidante. Por su riqueza en potasio y escasez de sodio, son adecuados para personas hipertensas, y que padezcan gota, ya que tienen acción diurética.

Patatas con queso

Plato Primer plato

Ingredientes

Raciones: 1 persona

10 g Aceite de oliva
5 g Harina
54 g Huevo
5 g Pan rallado
70 g Patata
0.5 g Perejil
20 g Queso del país
0.5 g Sal

Instrucciones

En una tartera mediana añadimos agua y sal. Una vez que esta hirviendo introducimos las patatas con la piel. Cuando las patatas ya estén cocidas, las pelamos y les realizamos un pequeño agujero que posteriormente rellenaremos con pan rallado, queso y perejil. Por último las rebozaremos con huevo y harina antes de freírlas.

La patata fue introducida en la Península Ibérica, en la primera mitad del siglo XVI, traída desde América, donde era el sustento de los indios. En Galicia sustituyó a la castaña, que hasta entonces era el alimento básico, en el siglo XX. En esta época el cultivo de patata ya era común en Galicia, pero en el siglo XVIII se llegó a imponer su cultivo en algunos monasterios.

Patatas rellenas

Plato Primer plato

Ingredientes

Raciones: 1 persona

10 g Aceite de oliva
5 g Ajo
40 g Cebolla
30 g Filete de cerdo magro
10 g Harina
4 g Limón
30 g Pan rallado
160 g Patata
1 g Perejil
0.5 g Sal
5 g Tocino
20 g Vino blanco
30 g Yema de huevo

Instrucciones

Mezclamos con el pan rallado un picado de carne, tocino y cebolla. Añadimos a la mezcla la yema de huevo , sal , pimienta, limón y el perejil. Damos forma de pelota a la mezcla. Las patatas se cortan en dos mitades y se vacín con la ayuda de una cucharilla, después se rellenan y después untamos la parte en la que vea la carne con clara de huevo bien batida y la pasamos por la harina. Freímos. Colocamos las patatas en una cazuela, colocadas de manera que el relleno quede hacia arriba. Freímos unos ajos y una cebolla. Cuando comiencen a tomar un color dorado se hecha sobre estos la harina desleída con un poco de agua y el vino blanco. Dejamos que hierva y lo vertimos sobre las patatas. Sazonamos y se dejan cocer hasta que esten tiernas.

Las patatas son una de las hortalizas que mejor se prestan para rellenar cualquier tipo de alimento. En este plato se combinan los hidratos de carbono en forma de almidón de las patatas, con las proteínas que aporta la carne de cerdo picada. El huevo que se añade a la carne picada, contribuye al aporte de proteínas de elevado valor biológico ya que contienen todos los aminoácidos esenciales. La yema de huevo también es una excelente fuente de hierro, idóneo para prevenir anemias, y contiene vitaminas del grupo B.

Pato al estilo de Ribadeo

Plato Segundo plato

Ingredientes

Raciones: 1 persona

5 g Aceite de oliva
10 g Caldo de verdura
3 g Manteca
50 g Nabo
5 g Naranja
120 g Pato
0.5 g Pimienta negra
0.5 g Sal
10 g Vino blanco
10 g Vodka

Instrucciones

Doramos el pollo troceado con manteca para, posteriormente, someterlos a cocción en caldo hasta alcanzar la reducción en forma de salsa y reservamos. Para la elaboración de la salsa de naranja, caramelizamos azúcar al que añadiremos vodka para después flamearlo hasta que alcance un tono anaranjado, momento en el cual se vierte el zumo, previamente exprimido, de naranjas amargas con alguna cáscara. Se rocía el pato con la salsa de naranja y se sirve acompaño de nabos, tal y cómo sugieres algunos autores.

Se cree que esta receta, es la que dio origen al que posteriormente fue el famoso pato a la naranja. Este plato se preparaba en las casas burguesas de la villa de Ribadeo, en la frontera entre Lugo y Asturias, hasta mediados del siglo XX. Se hacía en esta villa ya que en la ría de Ribadeo abundaban los patos, y en ese valle había grandes plantaciones de naranjos.

Pato con puré de avellanas y salsa de arándanos

Plato Segundo plato

Ingredientes

Raciones: 1 persona

2 g Ajo
25 g Arándano
20 g Avellana
10 g Cebolla
5 g Limón
5 g Mantequilla
25 g Nata
50 g Patata
100 g Pato
0.5 g Perejil
0.5 g Pimienta negra
0.5 g Sal

Instrucciones

En primer lugar preparar la salsa poniendo a cocer, por una parte, los arándanos con un poco de limón y, por otra, dorando la cebolla picada con un poco de mantequilla y mezclando el conjunto. Seguidamente preparar el puré de avellanas añadiendo avellanas finamente picadas a un puré de patas preparado con mantequilla y nata líquida. Finalmente poner a la plancha las pechugas de pato adobadas con ajo y perejil hasta que estén bien doradas por ambas partes. El plato se presenta disponiendo los tres ingredientes uno al lado del otro sin mezclarlos.

La carne de pato se caracteriza por su elevado contenido en grasas, por lo que su aporte calórico también es elevado. Debido a estas características no es muy adecuado para personas obesas o que siguen una dieta de adelgazamiento. Aporta gran cantidad de proteínas, hierro y fósforo. La carne de pato combina muy bien con los frutos secos, en este caso las avellanas, las cuales aportan una gran cantidad de grasas, además son una buena fuente de magnesio, cobre y vitamina E. Los arándanos son ricos en fibra y vitamina C. Tanto las avellanas como los arándanos son buenos antioxidantes.

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